Y, puesto a escribir, tampoco sabes cuál es
tu tiempo: el del gozo verbal, esa
exuberancia inagotable que hasta hace poco
se criticaba como carente de rigor y exceso
de tropicalismo y ahora se elogia como
neobarroco, o el de la síntesis geométrica,
cuando sientes que todo es superfluo, que
las palabras han perdido su poder de
significación, que son obesidad de la
literatura y no el esencial hueso puro que
buscas. (Así, dijo Galvez, la Ilíada se
reduciría a una frase: CAYÓ TROYA STOP SIGUE
CARTA. HOMERO, aunque en ese caso la carta
sería la Ilíada)
Jorge Enrique Adoum
sábado, 2 de diciembre de 2006
Entre Marx y una mujer desnuda (Fragmento en Homenaje)
Publicado por
Luis Alberto Mendieta
en
23:17
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Etiquetas: Homenaje a Jorge Enrique Adoum
Tienes un minuto...
La idea de éste blog es relatar, dígase microcuentos, que puedan expresar en el término del tiempo impuesto, es decir, un minuto (quiero decir con ésto, textos que puedan leerse en poco más o menos sesenta segundos), argumentos en inglés o castellano, que redondeen una idea central. Por supuesto el estilo, creencias, etc, son asunto que corresponden a cada escritor y naturalmente, nada tiene que ver éste servidor con ellas, son responsabilidad de quien las 'postea'. LA INTENCIÓN ES DIBUJAR, ESQUEMATIZAR, UNIVERSOS ENTEROS, COMPRIMIDOS EN POCAS PALABRAS. Para qué? Simple: La tendencia minimalista del estilo de lectura actual así lo exige. Incluso me atrevería a presumir que la tendencia no es más que un preámbulo a una corriente posterior: la de la 'infinitesimalización' de la palabra, como un acto que apocopa en términos clave, largos discursos y explicaciones 'magistrales', innecesarias por presuntuosas, reduciéndolas a su expresión más puntual, más matemática, más exacta.
Y me pregunto: ¿Será posible alcanzar ésta perfección? ¿Podremos los seres humanos alcanzar éste alto grado de perfección?
¿PODRÁ ALGÚN DÍA LA HUMANIDAD EXPRESAR EXCELSAMENTE ÉSTE ALTÍSIMO GRADO DE INHUMANIDAD?
Lecto-escritor, ésta es tu oportunidad. Ríete de la literatura, ríete de miles de años de vanidad; ríete del futuro... Carcajéate de las limitaciones, de tí, de mí, de todos. Eso está por verse...
Publicado por
Luis Alberto Mendieta
en
17:50
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Etiquetas: Microcuento