Y, puesto a escribir, tampoco sabes cuál es
tu tiempo: el del gozo verbal, esa
exuberancia inagotable que hasta hace poco
se criticaba como carente de rigor y exceso
de tropicalismo y ahora se elogia como
neobarroco, o el de la síntesis geométrica,
cuando sientes que todo es superfluo, que
las palabras han perdido su poder de
significación, que son obesidad de la
literatura y no el esencial hueso puro que
buscas. (Así, dijo Galvez, la Ilíada se
reduciría a una frase: CAYÓ TROYA STOP SIGUE
CARTA. HOMERO, aunque en ese caso la carta
sería la Ilíada)
Jorge Enrique Adoum
sábado, 2 de diciembre de 2006
Entre Marx y una mujer desnuda (Fragmento en Homenaje)
Publicado por Luis Alberto Mendieta en 23:17
Etiquetas: Homenaje a Jorge Enrique Adoum
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