sábado, 2 de diciembre de 2006

Entre Marx y una mujer desnuda (Fragmento en Homenaje)

Y, puesto a escribir, tampoco sabes cuál es

tu tiempo: el del gozo verbal, esa

exuberancia inagotable que hasta hace poco

se criticaba como carente de rigor y exceso

de tropicalismo y ahora se elogia como

neobarroco, o el de la síntesis geométrica,

cuando sientes que todo es superfluo, que

las palabras han perdido su poder de

significación, que son obesidad de la

literatura y no el esencial hueso puro que

buscas. (Así, dijo Galvez, la Ilíada se

reduciría a una frase: CAYÓ TROYA STOP SIGUE

CARTA. HOMERO, aunque en ese caso la carta

sería la Ilíada)

Jorge Enrique Adoum

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